Origen

En una zona generosa en recursos y de historia ancestral enclavada en las montañas de la Cordillera Central de los Andes, se encuentra la población de Rovira de la provincia del Tolima (Colombia), donde la naturaleza dispuso no sólo de frutos de café con aromas acerezados que endulzan el ambiente sino de leyendas de importantes pueblos indígenas que habitaron la región.
El café KIKUIMA excelso, guarda el espíritu y la pujanza para labrar la tierra heredada de los habitantes indígenas Pijaos originarios del territorio, en especial, del trabajo dedicado de las mujeres que hacían parte de las autoridades originarias de la región (Cacicas).
En lo más profundo del sur del Tolima habitaba una poderosa y bella mujer indígena que por la valentía y sabiduría fue respetada por su pueblo. Kikuima fue reconocida por liderar una facción de la tribu Pijao, además de tener una jerarquía social, era una chamana que siempre luchó por la protección de las comunidades originarias y su territorio.
Con el tiempo, Kikuima se convirtió en un símbolo de la resistencia indígena contra la conquista en el sur de la provincia del Tolima. Su legado inspiró a muchas generaciones de indígenas a luchar por su cultura y sus tierras, a trabajar por sus comunidades y proteger la naturaleza que abraza todas estas montañas llenas de toda clase de frutos.
El café llegó después de la conquista y fue bien recibido por los pueblos de la región quienes adaptaron muy bien sus prácticas artesanales para cuidar del cultivo y además perfeccionaron el proceso para extraer los granos del café, hasta llegar a ser grandes expertos.   Esa herencia ancestral deja convivir las plantaciones de café entre las sombras de muchos árboles como el guamo y chagualo que son vitales para la conservación de la humedad que beneficia a las plantas y al planeta.

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